Somos memoria y profecía misionera. Ya ha un tiempo en el austro patagónico, a través del esfuerzo de mujeres memorable, se propaga la misión de dos Santos: Juan Bosco y María Mazzarello.
Fueron ellos quienes añoraron la presencia de la Virgen Auxiliadora en estas tierras del Fin del Mundo, tierras que no conocieron pero vislumbraron a través de cartas fraternas de sus hermanos.
Es así como comienza la Historia del Liceo María Auxiliadora en Punta Arenas, un liceo con raíces fundadas en la alegría, el amor y la fe.