Durante las últimas semanas de agosto, las estudiantes de tercer año medio de ambos cursos realizaron una visita al hogar ‘‘Buen Samaritano’'. Acompañados por nuestros profesores de Cultura Religiosa, Antony Pinochet y Cynthia Ramirez, tuvieron la oportunidad de compartir con los adultos mayores que residen allí. También participaron en la actividad las profesoras Katty Lorca y Francisca Piñeira, lo que permitió una conexión entre diferentes asignaturas como Orientación e Inglés.
Durante la visita, cada alumna tuvo la responsabilidad de entablar una conversación con uno de los adultos mayores del hogar. Además, en grupos, realizaron una oración, compartieron una once y jugaron diversos juegos. Para finalizar, entregaron un pequeño regalo como recuerdo a cada uno de los adultos mayores que participaron en esta actividad.
El tercer medio B realizó esta visita el 24 de agosto, mientras que el tercer medio A lo hizo el 31. Fue una experiencia enriquecedora y gratificante, que nos permitió conectarnos con nuestros mayores y aprender de sus experiencias.
Testimonio estudiante 3° medio A
Doménica García Villegas
Queremos agradecer por la instancia vivida el 31 de agosto en el hogar "Buen Samaritano", ya que pudimos convivir con los adultos mayores del hogar y ganar conocimiento o distintos aprendizajes dependiendo de con quién haya conversado cada estudiante.
Inicialmente, cada estudiante tuvo que escoger a un adulto mayor de una lista, con quien luego tuvo la oportunidad de dialogar para así conocerlo, saber cómo era su día a día, entre otros. Tras esta primera interacción, las estudiantes y adultos mayores tuvimos tiempo para convivir con los demás, pero siempre teniendo en cuenta a la persona escogida al comienzo.
En mi caso, escogí al señor Álvaro Adio de 78 años. Antes de conocerlo, tenía miedo de que no quisiera compartir conmigo, pero para mi sorpresa fue todo lo contrario. Era un señor amable, amistoso y agradecido.
Al inicio estaba nerviosa por lo que solo me preocupé de atenderlo, después al ver que tenía la disposición de hablar, empecé a preguntarle cosas de su vida. Empezamos una charla bastante amistosa, el señor era muy amigable, me contaba muchas cosas de su vida, más que nada de trabajo y cómo su edad no era un impedimento para mantenerse activo.
Mientras charlábamos tendía a repetirme las cosas, pero a pesar de eso lo escuchaba como si fuera la primera vez que me contaba y le respondía. Aprendí mucho de él, lo que más me quedó presente es que nunca es tarde para hacer lo que te gusta, poner dedicación a lo que haces lo más que puedas tanto como puedas. Al momento de despedirnos fue sentimental, el señor Álvaro dijo que fue un gusto hablar conmigo y salir de su rutina, me hizo pensar en lo rutinaria que debe ser su vida, siempre conviviendo con las mismas personas. Pude ver que él había disfrutado de ese encuentro tanto como yo, a ambos nos golpeó la emoción.
En conclusión, pude ganar sabiduría y conocimientos de él, así como pude sentir que él aprendía de mí, fue una experiencia agradable de revivir ya que previamente ya había participado de este tipo de actividades, pero nunca me había tocado compartir especialmente con alguna persona. Me atrevo a decir que le tomé cierto cariño ya que constantemente me siento agotada, me acuerdo de lo activo que se mantenía el señor Álvaro y como nada es un impedimento para llevar las cosas a cabo, dándome motivación.
Testimonio estudiante 3° medio B
Francisca Mena Rojas
Para nosotras la experiencia de haber compartido con los abuelitos fue muy bonita, emocionante y gratificante, ya que pasamos una tarde muy linda con ellos y realizamos diferentes actividades lo cual se reflejó en momentos agradables tanto para los adultos mayores como para nosotras y nuestros profesores.
Todos tuvimos la oportunidad de experimentar un día diferente a lo que estamos acostumbrados. Para mí fue muy agradable conversar con algunos de los adultos mayores que viven en el Buen samaritano porque me hablaron sobre las diferentes realidades de cada uno. Pude notar que ellos estaban alegres tan solo por el hecho de estar allí compartiendo con nosotras, pues los estábamos escuchando con atención y cariño: estaban alegres y agradecidos por la visita. También yo estoy muy agradecida con el hogar Buen samaritano por permitirnos pasar una tarde junto a ellos, llevarle alegría, compañía y cariño. Para mí esto es una experiencia inolvidable que me llenó el alma y me enseñó a ser más solidaria, amable y empática con el prójimo. También me hizo reforzar la idea de que lo material no es lo más importante, pues en este caso ver la felicidad y alegría en sus rostros por nuestra visita fue más que suficiente.
Las personas de la tercera edad siempre tienen algo que entregar, algo que enseñar. Ellos ya han vivido bastante y siempre hay que escucharlos y aprender de sus experiencias o vivencias, por eso nuestro deber es cuidarlos, respetarlos, protegerlos, entregarles cariño y cuidados en sus últimos años de vida.