Hoy, en la celebración de la Eucaristía del Jueves Santo, se destacó el amor comunitario y fraterno que debe prevalecer entre los creyentes. En un gesto simbólico de purificación y reconciliación, los estamentos presentes lavaron sus manos, recordando la importancia de estar siempre dispuestos a ayudar y servir a los demás.
Durante la ceremonia, se hizo especial hincapié en el significado de la Eucaristía, representada por el Pan y la Uva, como un acto de comunión y amor hacia los demás. Asimismo, se reconoció la importancia de la solidaridad y la generosidad, representadas por la bandeja de medicinas y alimentos, en apoyo a quienes más lo necesitan.
La caja de cuaresma, llena con los aportes de los fieles durante la Cuaresma, fue presentada como un símbolo de solidaridad y compromiso con la ayuda a los demás. Por último, el óleo santo y la estola fueron destacados como signos del servicio generoso y amoroso que los sacerdotes brindan a la comunidad, especialmente a aquellos que sufren espiritual y físicamente.
En este Jueves Santo, se nos recordó la importancia de vivir en comunión con nuestros hermanos, demostrando nuestro amor a través del servicio y la solidaridad. La Eucaristía se convierte así en un recordatorio de los valores fundamentales de la fe cristiana: amar al prójimo como a uno mismo y estar siempre dispuestos a tender una mano a los que más lo necesitan.